Editorial

Mortinatos: los muertos invisibles

By 22 junio, 2011 No Comments

Ningún dolor por el daño.
Todo daño es bendito.
Del año más maligno,
nace el día más bonito.
1 día, 1 mes, 1 año.

(Paulo Leminski, poeta y escritor brasileño)

Frida Khalo y el aborto», acrílico en tela

Como todos sabemos la mortalidad infantil promedio ha descendido en forma importante, aunque desigual, en la mayoría de los países de América Latina. Sin embargo, la mortalidad neonatal no lo ha hecho en la misma proporción y sigue representando más del 50% de las muertes en el primer año de vida.

Las causas de muerte de los recién nacidos se deben principalmente a: sepsis (32%), asfixia (29%), BPN y Prematurez (24%) (Fuente: Estimaciones de FCH/CA  con base de datos de AIS-OPS, 2008), considerándose que cerca del 70% son por causas posibles de prevenir o tratar con éxito.

Intervenciones efectivas, sencillas y poco costosas, tales como un control prenatal organizado y bien hecho, la atención adecuada del parto y del puerperio y la recepción, adaptación y reanimación apropiada del RN, pueden reducir el número de muertes neonatales, como también las muertes maternas, evitar los partos prematuros y las altas cifras de mortinatos, situación sobre la cual queremos llamar la atención.

Bastante se ha insistido y publicado sobre el grave problema de salud pública que representa la mortalidad perinatal y la neonatal, no siempre con una respuesta coherente, médica e institucional, como tampoco del sector oficial, pero el asunto toma una dimensión aún más preocupante si tenemos en cuenta la situación del NO nacido: los mortinatos.

Hace poco el Dr. Gerardo Cabrera Meza, Director Médico International Neonatology Program del Texas Children´s Hospital de Houston, llamaba la atención sobre el tema, en uno de sus periódicos correos que recibimos con temas médicos. Citando un estudio realizado hace varios años en su país natal, Guatemala, resaltaba que se encontró que las 2/3 partes de las muertes fetales, cerca de la mitad de ellas ocurridas inmediatamente antes del parto, pudieron haberse prevenido. Las infecciosas intrauterinas llevaron a un buen número a ellas y especialmente la sífilis, no diagnosticada ni tratada, produjeron el 37% de las muertes fetales.

Un informe reciente publicado en Lancet (Stillbirths: the vision for 2020 – Lancet 2011; 377: 1798–805), calcula, en el mundo, en cerca de 3 millones anuales las muertes ocurridas en el tercer trimestre del embarazo. 98% de ellas ocurren en países de bajo y medio ingreso, como los nuestros, y hay reportes que establecen que más de 1 millón de muertes ocurren en el período intraparto. La inmensa mayoría de ellas, como hemos dicho, son prevenibles. A pesar de esto esta situación es prácticamente desconocida como problema de salud pública, no hace parte de las campañas globales de salud, ninguno de los Objetivos del Desarrollo la menciona directamente y hay escasos reportes de datos, concretamente en nuestra región.

Como bien lo señalaba el Dr. Cabrera Meza es necesario motivar a los colegas obstetras, perinatólogos, neonatólogos y pediatras, para estudiar el tema, obtener datos básicos sobre muerte fetal en nuestros hospitales, países y ciudades, compararnos y tomar acciones para entender y prevenir la muerte fetal.

Tenemos que procurar que se incluyan los mortinatos y la causas de estas muertes en las estadísticas vitales e indicadores de salud de cada país y en nuestros estudios y hacer visibles a estos seres humanos que jamás existieron para los ojos nuestros y los reportes de salud pública.

ALAPE invita a esta iniciativa que queremos hacer causa nuestra y a comunicarse por esta vía con el fin de recopilar información e iniciar acciones que lleven rápidamente a disminuir las muertes neonatales en Latinoamérica y el Mundo.

Hernando A. Villamizar Gómez, MD
Presidente 

Asociación Latinoamericana de Pediatría-ALAPE

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